Vergüenza me tenía que dar el tiempo que hace que no te escribo. Pero bueno, tu sabes que no es ni por falta de amor ni por falta de ganas, que cada vez que nos vemos cada vez estás más guapa, más graciosa y más lista. Pero ahora que estoy lejos (aunque ésta crónica la esté escribiendo desde Madrid, llegué ayer para hacer exámenes y terminar mi tratamiento en la UMA) tengo cositas que contarte.
En Egipto bien, gracias. Ya he abandonado la casa del terror, y cuando vuelva a Egipto iré directamente al piso nuevo, donde ya están mis maletas. Tu amiga Rei (y Oso, aunque ese te gusta menos) también me estarán esperando en el piso cuando llegue (ahora están en el hotel de un cliente mio). Vamos, que la tita no se puede quejar. Y después de la que montamos el fin de semana, menos. Te voy a dar un cursillo de "como montar un fin de semana espectacular que no incluya ni fiesta, ni beber, ni discotectas". Toma nota.
Jueves noche: Decidimos ir a la bolera. A mi me encantan los bolos, de hecho cuando iba al cole, ganaba hasta a los chicos de mi clase, como seguro harás tu de mayor. Así que allá que fuimos, yo dispuesta a arrasar y ganar a todo el mundo. Y la lié. Si es que a tu tía pierde la fuerza por la boca. O debe ser que Murphy estaba sentado en alguna esquina, porque no puede ser que llegar a hacer 3 tiradas seguidas a 0 puntos. Si vamos, que no tiré ni un bolo. Y yo, que no tengo vergüenza, hasta le saqué una foto que lo prueba.
Cuando aprendas a leer puntuaciones de los bolos, podrás reirte de tu tía. Mientras tanto, deja que se rían todos los que nos leen.
Pero nada me iba a fastidiar el humor, porque el Viernes iba a ser un día de lujo... Si nos íbamos a la playa! Y no a una cualquiera, si no... Al mar rojo!!!
9 y media de la mañana y para allá que salíamos, a una ciudad llamada Sokhna, que está a una hora de El Cairo. El plan? Acceder (y pagar, por supuesto) a las instalaciones de un hotel solo durante un día (sin noche), básicamente para poder ir a la playa. Claro que cuando llegas a la playa y te encuentras con las toallas, las tumbonas, la musiquita, los baños el chiringuito.... Pues como que vale la pena. Y si no, juzga por las fotos.
Que te voy a contar.. cuando seas mayor descubrirás que la gracia no está en hacer castillos de arena, la gracia está en correr por el agua, porque aquí no hay piedras ni olas. La gracia está en tirarte en el agua calentita, siempre y cuando no te muerdan los peces (que descarados ellos), la gracia está en dormitar en la tumbona, en charlar, en reirte... Que fue un día de lujo, vamos.
Llegó la noche (aquí la noche llega pronto, sobre las 6, a las 7 es de noche seguro) y nosotros íbamos en coche de camino al restaurante en el que íbamos a cenar. Y de repente, mensaje en el móvil de tu madre.
"Feliz día del orgullo friki"
Y es que a mi se me había olvidado que era 25 de mayo, que era el día del orgullo friki, y que se cumplían ya varios (muchos) años desde que esa práctica de radio nos unió a tu madre y a mi. Me sentí mal, por olvidar la fecha (no se en que día vivo), me sentí bien, por tener una amiga tan maravillosa que todavía, y pese a la distancia se acuerda. Sentí nostalgia, por aquellos años en los que todo era más fácil, sentí añoranza por las tardes juntas, sentí tristeza por vuestra lejanía.... Y es que quiera o no quiera, tu, mi niña preciosa, acabarás olvidando a tu tía la loca que un día decidió mudarse bien lejos. Olvidarás todos los juegos, los besos, los tirones de pelo, las charlas que te suelto, los perros... te olvidarás de mi. Y algún día volverás a España, o vendréis a verme, y en vez de dejarte coger en brazos, te dará un ataque de timidez porque no sabrás quien soy. Y eso, mi pequeña Lady Marian, me mata.
Así que a la orilla del Mar Rojo, no me quedó otra que soltar alguna lagrimilla por la lejanía. Pero prefiero llorar por tener amigas maravillosas que se acuerdan de mi, y por echar de menos a toda la gente maravillosa que he dejado en España, que por sentirme sola. Eran lágrimas de orgullo, porque nadie tiene mejores amigos de los que tengo yo, tanto allí como aquí.
En fin, que ahora estoy en Madrid, y aquí estaré 2 semanas. Y te llenaré de besos y te dejaré tirarme del pelo, todo sea para que tardes más en olvidarme, vale?
Nos vemos pronto, pequeña Noa, te quiero mucho. Y a tus padres, también.